23 de julio de 2015

[저승 사자] I am in your dreams. - Capítulo 2


Una nube cubrió la luna menguante, apagando la sonrisa que llevaba acompañando a Jungkook y a aquella persona de vestimenta negra y rostro oculto durante toda la noche. Ambos en silencio, escuchando únicamente el pitido intermitente de las distintas máquinas que llenaban la habitación número trece. Cada uno sumido en sus propios pensamientos, en sus propias conclusiones, en sus propios objetivos.
- Sabes que tu amigo realmente te quería, ¿verdad?
Jungkook giró la cabeza hasta la esquina más oscura de la habitación, sin expresión, sin responder.
- Lo digo por si tenías dudas. - Susurró la sombra. La persona.
- No las tenía. Nunca las tuve. - Respondió éste, desviando la mirada hasta la luna, que empezaba a iluminar de nuevo. Las nubes avanzaban por el cielo, sin detenerse, como pájaros que emigran al sur para buscar la calidez de la primavera.

- Es bueno saberlo. - Musitó de nuevo el acompañante sin rostro.
- Pero continúa. - La sombra miró a Jungkook, pero este no pudo darse cuenta.
- ¿Qué?
- Si has dicho eso es porque tienes algo más que decir. No es un comentario que se diga así como así en una situación como esta. Si lo afirmaste, en vez de preguntarlo, es por algo. - Respondió el joven, acercándose a su cama y sentándose al lado de su cuerpo. Se observó con tristeza. Mañana probablemente le meterían en una caja y tras un funeral cuya función le parecía completamente estúpida, le meterían bajo tierra para siempre.
- Antes de ser asesinado… - Añadió la sombra, con voz grave y ligeramente ronca.- Ese hombre intentó domarle.
- ¿Domarle?
- Sí. Intentó convencerle diciéndole que tenía que alejarse de ti, desaparecer de tu vida, porque tú no eras más que un niño confundido, que lo que teníais no era más que amistad malinterpretada, que jamás podrías llegar a amarle de verdad, que jamás podrías llegar a quererle.
Jungkook se incorporó lentamente, sintiendo cómo el corazón de su cuerpo latía acelerado de una forma casi imperceptible, pero efectivamente, una de las máquinas varió el repetitivo pitido por un segundo. Miró a la esquina, llevándose la mano al pecho inmediatamente. Algo estaba cambiando.
- Pero… - Continuó la sombra, la persona, tras lo que a Jungkook le sonó como un suspiro largo.- Él no se lo creyó. Se rió en su cara pese al dolor. Confiaba plenamente en esa conexión que tenía contigo. Confiaba en ti a ciegas, y se lo dijo a tu padrastro. Le dijo que jamás cambiaría tus sentimientos, y que jamás cambiaría los suyos. Que lo vuestro era real, era para siempre, y era más fuerte que cualquier otra cosa en este universo.
Jungkook se acercó arrastrando los pies a una lentitud inevitable. Las nubes le acompañaban, y finalmente se quedó al borde de la sombra, observando como aquella persona semi-transparente se incorporaba con la misma lentitud y parecía mirarle. De nuevo, el pitido varió, y la luna pareció iluminar un poco más la habitación por un segundo, pero ninguno de los dos lo pudo apreciar.
- Finalmente, - Continuó aquella persona, acercándose también al borde de la sombra, pero sin atreverse a pisar la zona iluminada por la sonrisa brillante del cielo.- tu amigo sacó de sus casillas a tu padrastro, que era lo que intentaba, porque su prioridad era mantenerle alejado de ti lo máximo posible, al menos hasta que, de alguna forma, alguien apareciese por la escena y pudiese ayudarte. Aunque fuesen dos minutos más, necesitaba mantenerle alejado de ti. - Susurró, bajando la cabeza. Jungkook observaba la sombra que caía sobre el rostro de aquel ser. El sombrero no le permitía verle el rostro, pero su voz grave y entrecortada le resultaba vagamente familiar, y de nuevo el pitido varió.- Pero su plan no fue tan perfecto como él creía… En lugar de discutir con su padrastro, éste le obligó a tragar algo, una pastilla pequeña, y le obligó a meterse en la bañera para, a continuación, abrirse las muñecas con su cuchilla de afeitar. - La persona transparente narraba, cada vez con su voz más temblorosa. Jungkook juraría que estaba llorando, pero no podía saberlo. La variación del molesto pitido cada vez era más común.
- Cómo es posible… - Susurró Jungkook, alargando una de sus manos hasta que notó el tacto de la fina tela negra que cubría las mangas de la sombra.- ¿Cómo es posible que sepas todo eso?
La persona no respondió, simplemente dejó que Jungkook alzase su otra mano hasta quitarle el sombrero, y entonces tiró de su manga suavemente hasta que la luna iluminó el rostro de aquella persona que hizo que las piernas de Jungkook olvidasen cuál era su función. Taehyung le miraba fijamente, con los ojos húmedos y los labios temblorosos.
En ese momento, el pitido empezó a sonar más y más rápido, encendiendo automáticamente una luz roja en la sala de emergencias del hospital.
- ¡La habitación 13! - Exclama uno de los doctores, mirando el monitor con los ojos como platos.
- Ya verás cómo al final vemos a la súper modelo depresiva antes de tiempo… - Protestó otro doctor, incorporándose rápidamente y poniéndose la bata, saliendo corriendo de la sala, escaleras arriba, seguido por sus compañeros y dos enfermeras.
Jungkook y Taehyung observaron la puerta abrirse de golpe, dejando entrar a una marabunta de personas que se abalanzaban sobre la maquinaria y gritaban tecnicismos que ninguno lograba entender bien.
Jungkook, desde el suelo, miró a Taehyung con los ojos como platos, húmedos y temblorosos. Parecía ser que finalmente sí que podía llorar.
- No dejes que me vaya ahora… - Susurró, sintiendo su mente nublarse levemente, y eso se reflejó en los monitores, haciendo que el doctor a cargo chillase por unos miligramos de adrenalina. Taehyung dejó caer dos lágrimas, pero no se movía, estaba demasiado confuso por todo lo que estaba ocurriendo. - Taehyung… - Sollozó el pequeño, arrastrándose hasta aferrarse el tobillo del mayor, que le miró con pánico en la mirada, sin poder dejar de llorar. - No dejes que me vaya ahora que te he encontrado…
Las pupilas de Taehyung se dilataron, y cuando Jungkook cerró los ojos, rindiéndose a un cansancio que no acababa de entender, el mayor caminó apresuradamente hasta la cama donde los médicos cortaban la camisa del pijama de Jungkook, echando un gel azul claro y translúcido sobre su pecho y cargaban un desfibrilador con prisa. Caminó entre ellos y a través de ellos, completamente desapercibido, hasta que estuvo a tan solo unos centímetros del rostro del más pequeño. Le observó, con los ojos nublados y apretó los dientes, ahogando un grito de dolor. Llevaba años sin recordar nada de su vida anterior a la muerte, y ahora que lo había recordado todo en solamente una noche, sentía que estaba al borde de la locura.
- No te pienso dejar ir… Aún. - Susurró entre dientes, sujetando el rostro de Jungkook entre sus manos y posando sus labios sobre los del pequeño. En ese momento, la luz roja se apagó, los monitores volvieron a tener cifras razonables y el desfibrilador fue apagado.
- ¿Qué acaba de pasar? - Susurró una de las enfermeras, mirando los monitores, sin comprender.
- No tiene sentido que solamente la adrenalina haya sido suficiente como para estabilizar al paciente. - Añadió otro médico, también mirando las cifras y sintiendo su cerebro hervir en busca de una respuesta lógica. El jefe, en cambio, mantenía el ceño fruncido.
- Bueno, está estabilizado, eso es lo importante. Estemos pendientes por si tiene una recaída en lo que queda de noche y listo. - Dijo, ordenando al equipo que se retirase. Todos abandonaron la sala, y él salió de último, cerrando la puerta con un “Hay gente afortunada, y luego estás tú, chaval.”
El cuerpo de Jungkook respiraba lentamente, y su expresión de calma se mantenía etérea. Como lo había sido desde hacía dos años. Taehyung no pudo evitar observarle en un tiempo que ni avanzaba ni retrocedía, un tiempo que se mantenía estático, al igual que su corazón llevaba en su pecho desde aquel día en el que las drogas le indujeron al suicidio. “Perdóname por no haber sido lo suficientemente fuerte como para protegerte, Kookie…”, sollozó en su pensamiento.
Mientras observaba cada centímetro de su rostro, a su espalda el pequeño comenzó a abrir los ojos, incorporándose del suelo con dificultad y mirando a su alrededor con confusión. ¿Qué acababa de pasar? En su mente dos hipótesis se peleaban: O la muerte le había querido dar una despedida agradable manifestándose en la forma de su ser más amado, o simplemente todo había sido una absurda broma que le había llevado a la más profunda de las oscuridades.
- Te extrañé. - Musitó Jungkook, observando a Taehyung mirarle, y éste se giró hacia él, con los ojos humedecidos, al igual que Jungkook. Quizás no es que los espíritus no tuviesen sentimientos, sino que no sabían manifestarlos hasta que el estímulo no era lo suficientemente fuerte.
- Perdóname… - Fue la respuesta de Taehyung, que no era capaz de apartar la mirada de los ojos del otro.- Perdóname por todo.
- No se me ocurre una sola cosa que hayas hecho mal por la que deba perdonarte. - Respondió Jungkook. Ninguno se movía, ninguno tenía ninguna expresión en su rostro más allá de las lágrimas que rodaban por sus rostros pero desaparecían antes de romperse contra el suelo.
- A mí se me ocurre una infinidad de ellas.
- Inspírame, entonces.
- Por no haber podido encarar a tu padrastro, por no haber sido lo suficientemente fuerte como para ganar a esa droga… - Empezó a decir, mientras Jungkook caminaba lentamente hacia él sin perder el contacto visual. Taehyung tragó saliva antes de continuar. El recuerdo dolía más de lo que dolía la muerte en su recuerdo.- Por morir. Por no haber podido estar a tu lado cuando tu padrastro te atacó, por no haber podido protegerte en el coche cuando os estrellasteis…
Jungkook por fin estaba solamente a un paso de distancia de Taehyung. El miedo y sus emociones encontrándose después de tanto tiempo no le permitían dar el paso final.
- Y sobre todo… - Taehyung bajó su tono de voz radicalmente, convirtiéndolo en un grave suspiro.- Por no haber podido recordarte todos estos años.
Jungkook sonrió.
- Durante todo este tiempo me pregunté por qué estaba atado a este cuarto, día tras día y noche tras noche, a ese chico que solamente se despertaba para observar la luna en silencio. ¿Quién eras? ¿Por qué sentía que debía observarte desde que el sol se ponía hasta que decidía que era hora de volver a aparecer? Ahora todo tiene sentido. - Continuó, con su mirada temblando y su pecho derritiéndose a un doloroso ritmo.
Jungkook negó con la cabeza.
- No acepto tus disculpas. Porque nada de eso fue culpa tuya, porque te he extrañado tanto que solamente viéndote ahora mismo mirándome hace que todo merezca la pena… Y porque estoy infinitamente agradecido ahora mismo.
Taehyung le miró, extrañado.
- ¿Por qué?
- Porque gracias a ti, gracias a este momento, puedo volver a sentir lo maravilloso que es ver a la persona a la que amas a tu lado, incluso después de la muerte. Gracias por estar a mi lado a pesar de no recordarme, Taehyung. Gracias por amarme en tu subconsciente. Gracias por no permitir que la muerte nos separase.
Jungkook bajó la mirada, emocionado, y Taehyung no pudo hacer otra cosa, mas que romper ese paso que les separaba y abrazar a Jungkook con todas sus fuerzas. Éste, en un suspiro, se aferró a los ropajes negros que cubrían su espalda y lloró sobre su hombro.
- A medida que hablabas… - Susurró Taehyung, aferrado a los hombros de Jungkook con tanta o más fuerza de lo que el pequeño estaba a su espalda.- Fue como ir viendo un álbum de fotografías, revivir unos flashbacks y déjà-vus que tenía apartados de mi mundo, como recibir una caja de recuerdos. Fueron tan deprisa que no entendía que estaba pasando, pero al final me sentí estúpido porque con solamente una mirada a tus ojos debería haber sido más que suficiente.
Jungkook sollozó y negó con fuerza.
- No digas nada más… No es necesario. Me da igual cómo, solamente estoy feliz de que estés a mi lado ahora mismo. - Taehyung asintió, apretándole con más fuerza contra su torso, como si quisiera que ambos se fundiesen en un mismo ser. A veces olvidaba que eso ya había sucedido y que, aunque no fuese apreciable a simple vista, ambos compartían un solo corazón.
La luna continuó moviéndose por el cielo, casi rozando ya el horizonte, pero ninguno lo apreció. Estaban recostados en la alfombra, ambos mirándose a los ojos y, como si fuese ayer, compartiendo pensamientos y miradas que nadie más entendería jamás. Ese es el poder del amor que tan pocos logran entender a lo largo de sus vidas. Ellos pertenecían a aquel minúsculo porcentaje de personas que lo lograba en vida, y del aún menos porcentaje que eran capaces de continuarlo después, en la muerte.
- ¿Estaremos así el resto de nuestras vidas? - Susurró Jungkook, apartando un mechón castaño de la frente del mayor. Éste parpadeó, sin entenderle.- Me refiero… ¿Pasaré así el resto de mis días, despertando cada noche a tu lado, hasta que me muera?
Taehyung bajó la mirada, recordando entonces la misión que le había sido encomendada a cambio de no perder completamente el hilo con el mundo de los vivos. No recordaba cómo, ni cuándo, ni quién… Pero sabía que alguien le había dicho que, si quería cambiar el destino de aquel a quien él más amaba, a cambio algún día tendría que llevárselo.
- Sí… Tendremos que vernos así hasta que mueras. - Susurró. Jungkook asintió, observando la expresión de Taehyung. Le conocía demasiado bien como para saber lo que estaba pensando.
- Al principio de esta noche me dijiste que iba a morir, que ya era mi hora. - Los ojos de Taehyung se cerraron lentamente en una expresión de dolor. Jungkook sonrió, también con tristeza, observando sus largas pestañas y su ceño levemente fruncido.
- Sí…
- Y tú puedes matarme. - Taehyung abrió los ojos con la misma lentitud y alzó su mirada hasta encontrarse con la de Jungkook que, para su sorpresa, no reflejaba nada más que dulzura. Y odiaba eso. Que hasta en esos momentos él tuviese que ser tan comprensivo y cariñoso, en lugar de asustarse y odiarle.- Contéstame, Taehyung.
Taehyung tragó saliva y tensó todo su cuerpo.
- Sí, puedo.
Jungkook asintió lentamente, sin borrar su sonrisa, pero no pudo evitar que sus ojos se humedeciesen un poco, porque no había que ser un experto en leyendas paranormales para saber que, si un espíritu se mantiene a tu lado desde el día en el que tu mente decide abandonar tu cuerpo, es para llevarte con él tarde o temprano. No le dolía tener que morir, sino que Taehyung tuviese que pasar, antes o después, por eso. No le preocupaba sufrir, sino hacer sufrir.
“Sufrir…”, esa palabra se quedó rebotando misteriosamente en el pensamiento de Jungkook, y entonces éste supo el por qué: Su madre. Miró a Taehyung con la mirada rota, y éste se la devolvió cargada con preocupación.
- ¿Qué ocurre? - Le preguntó, corriendo a abrazar al pequeño que rompió en llanto en cuanto las manos del mayor se posaron en su cuerpo.
- Mi madre, Taehyung… Mi madre… - Taehyung cerró los ojos. Ahora que Jungkook estaba recuperando todas sus emociones, era obvio que la preocupación por su madre conviviendo con un asesino en serie iba a aferrársele al pecho.- Tengo que ayudarla…
- Cálmate, Kookie…- Respondió Taehyung, acariciándole la espalda con dulzura.- No hay nada que puedas hacer ahora mismo por ella.
Jungkook entonces se separó de él con brusquedad y le miró con los ojos como platos, como si acabase de ver un fantasma, aunque quizás no fuese la expresión más apropiada para el momento.
- No, yo no… - Susurró, mirándole e incorporándose lentamente. - Pero tú sí.
Taehyung se incorporó, con el ceño fruncido. Ya veía por dónde iban los tiros, y  no le gustaba nada.
- Tu madre no puede verme, Kookie.
- No me refiero a eso,- Replicó, rascándose la cabeza con entusiasmo. Sentía la cordura abandonarle momentáneamente.- pero tú puedes matarme… Tiene que haber alguna forma de que me puedas llevar de vuelta al mundo de los vivos.
Taehyung cerró los ojos y se llevó dos dedos a la sien. Sí, Jungkook iba por dónde él le veía venir.
- No es tan sencillo, Jungkook.
- ¿Por qué no? Tiene que haber alguna forma.
- La hay, pero no estoy dispuesto a pagar el precio. - Masculló, mirándole con fiereza al principio, pero no podía soportar la mirada de desesperación que el otro le dedicaba mientras todo su cuerpo temblaba por los nervios.
- Taehyung… cada noche que mi madre pasa durmiendo en la misma cama que ese hombre, podría ser la última. Tengo que contarle lo que realmente ha pasado, lo que ocurrió de verdad.
- ¡Ya lo hiciste una vez y no te creyeron, Jungkook! - Exclamó el mayor, y el pequeño se quedó paralizado al escuchar a Taehyung llamarle por su nombre completo. Bajó la mirada, dejando el llanto correr, y Taehyung al verle se tranquilizó. - ¿Qué sería diferente esta vez?
- Que han pasado años, Taehyung. Y aunque no me crea, he de intentarlo… Dime cuál es el precio y haré lo que sea por pagarlo.- Rogó, tomando las manos de Taehyung y mirándole a los ojos. - Si fuese tu madre, harías lo que fuese para intentar ayudarla… Tienes que lograr entender lo que siento ahora mismo.
- Por supuesto que lo entiendo, y por supuesto que lo haría, pero entiende que no puedo permitir que pagues un precio tan grande.
- Yo juzgaré si es grande o no. Dímelo.
Taehyung le miró, exasperado, y bajó la mirada.
- Desaparecerás, Jungkook. - Éste abrió muchos los ojos y parpadeó, sin entender.
- ¿Te refieres a que volveré a ser un espíritu cuando muera? ¿Cómo ahora? - Taehyung negó y alzó la mirada, armándose de valor y aguantando el llanto como podía. Solamente la idea le aterrorizaba demasiado.
- No… Solamente estás aquí porque yo me sentía atado a ti de alguna manera y porque tu espíritu sentía que había dejado un asunto pendiente entre los vivos.- Jungkook escuchaba atentamente.- Pero, si te mando de vuelta entre los vivos, no será por más de unas horas, y cuando vuelvas no tendrás más de unos instantes en este mundo paralelo en el que vivimos antes de desaparecer para siempre. No sé a dónde irás, no sé qué hay más allá de esto, pero una vez cruzado el umbral, no hay marcha atrás.
- Pero… - Jungkook no podía ocultar su miedo. Una cosa era morir, ¿pero sin saber a lo que se enfrenta?- No lo entiendo… ¿Por qué no puedo simplemente volver aquí contigo?
- Básicamente, lo que ocurre es que tienes como una especie de contrato con la muerte. Estás aquí por una deuda pendiente que quieres enmendar, y una vez la intentes enmendar, da igual que hayas logrado tu objetivo o no, queda tachado de tu lista de cosas pendientes, lo que implica que tienes que irte. Esta es una zona de errores del pasado por enmendar, para aquellos carecientes de una oportunidad en sus últimos momentos… O bien son castigados por el resto de los tiempos por la cobardía de no hacerlo bien en el último momento, o se les brinda la oportunidad de intentarlo una vez más. Esa sería mi misión aquí, o eso es lo que había creído hasta ahora… Pero no quiero verte desaparecer, Jungkook. No podría soportarlo.
Jungkook lloraba en silencio, intentando pensar qué hacer. Ahora que había encontrado a Taehyung, a su amor de toda una corta vida, ¿merecía la pena romperlo todo por una familia que probablemente no le creería? Pero, por otro lado, era su madre. ¿Quién no daría el resto del mundo por su propia madre?
Cuando quisieron darse cuenta, el cielo se cubría de naranja, los pájaros empezaban a cantar con timidez, y las miradas de ambos se encontraron.
- Amanece. - Susurró Taehyung, acercándose a Jungkook y abrazándole, mientras éste temblaba y lloraba delicadamente entre sus brazos, sin poder pronunciar palabra.- He de irme… Pero volveré esta noche, ¿sí?
Jungkook se aferró a sus mangas y le miró con pánico. Le iba a dejar solo, a merced de los recuerdos que veía día tras día, como una película en “replay”. Eran terroríficos.
- No te preocupes… Despertarás y yo estaré a tu lado…- Taehyung le sonrió con dulzura y le besó lentamente en la frente.
- Taehyung… - Susurró, Jungkook, sin soltar su agarre.- Voy a usar estas horas de luz para pensar en mi decisión… - El rostro de Taehyung se oscureció. Es decir, ¿que había una posibilidad de que Jungkook decidiese desaparecer? Sintió todo su cuerpo retorcerse de dolor ante la idea.- Cuando atardezca, pase lo que pase, no me odies, por favor…
Taehyung cerró los ojos, dejando salir un suspiro entrecortado y dos lágrimas cristalinas.
- Jamás podría odiarte, Kookie.
A medida que los dos se fundían en un beso lento, sus cuerpos empezaron a hacerse translúcidos, y en cuanto la primera golondrina cruzó el cielo, ambos desparecieron en un brillo tan tenue que simplemente parecía un reflejo de los primeros rayos de sol.

- ¡Empuja, mi vida! ¡Un último esfuerzo! - El aún no oficialmente bautizado como padre del futuro Jungkook dejaba que su mujer le clavase las uñas, aferrada a su mano, en el paritorio de aquel mismo hospital de Seúl donde unos años después él perdería la vida.
- Muy bien, Sora, un último esfuerzo. - Dijo con calma el doctor, que oculto tras la sábana que le cubría las piernas a la mujer, esperaba atento a que el niño que ya se asomaba, saliese completamente del cuerpo de su madre.
Un grito desgarrador inundó la sala justo antes de que un llanto infantil la siguiese, y la respiración entrecortada de Sora, acompañada de una sonrisa cómplice entre ella y su marido, se reflejó entre todo el equipo del hospital.
- Es un niño, enhorabuena. - Dijo la enfermera, envolviendo rápidamente al bebé con una sábana verde y colocándolo rápidamente entre los brazos de la impaciente madre, que lo miraba como si fuese el tesoro más impresionante del mundo. Y lo era… Era su minúsculo milagro.
- Es precioso… - Suspiraron ambos padres al mismo tiempo, mirándose con lágrimas en los ojos y besándose con su hijo entre ellos.
- ¿Cómo se llama, Sora? - Preguntó el doctor, ocultando una sonrisa orgullosa tras la máscara verde, a juego con todo el instrumental del hospital.
- Jungkook… - Respondió ella, con una sonrisa estúpida, sin poder quitar los ojos de encima del pequeño, que se movía con dificultad entre sus brazos, soltando quejidos inentendibles y abriendo los ojos lentamente. - Nuestro pequeño Jungkook.


7 comentarios:

  1. ME ENCANTAAAAAAA! Hace un tiempo leí tu fanfic de Gongchan/Jinyoung y me enamoré completamente. Había guardado tu blog en marcadores y ahora me metí para revisar de qué se trataba esta página y me encuentro con esta maravillosa sorpresa. Qué historia más bella y qué argumento más original.Me encanta como escribes <3 Espero que tu estadía en China sea de lo más grata y espero con ansias el próximo capítulo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola! Me acuerdo de ti <3 Cuánto tiempo! Me alegro de que te decidieses por visitarme de nuevo :3 Me alegro mucho de que te esté gustando tanto, y espero que nos visites con más regularidad ^^
      Gracias por leer y comentar, Bella

      Eliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  3. Hey~~

    Lo sabía, (creo) la "sombra" estaba demasiado pegada a kookie como para no ser Tae <3 <3 Amo a esos dos.

    Casi me da algo cuando Jungkook casi muere, casi veía el final del fic ahí XDD

    No sé yo si es buena idea que vuelva para ayudar a su madre... pero es que es su madre... no debería dejarla con ese pirado (lo odio profundamente), bueno... espero que no pase nada malo.

    Pobre Tae-Tae ;^; no sabía nada hasta que escuchó a Kook, pero de todas formas, inconscientemente, estaba junto a él (Maldita sea, eso fue hermoso)

    Bueno, ahora a saber que pasa, si vuelve, va a desaparecer, además el precio que tiene que pagar podría afectarle también a V, ¿No?

    Hoy no hay testamento (lol) , estoy algo machacada, sorry.

    ¡Saludos desde la capital, besos~~! (A este paso voy a recorrer toda España XD)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. UN COMENTARIO CORTO DE KATH!? El mundo se acaba. Lo veo.
      Jajajaja bueno, sí, ya veremos que pasa. En cuanto me mude me pongo de nuevo a currar con todo esto, que ahora ando de mudanzas (again) y así no se puede.
      Besitos <3

      Eliminar
    2. *cofcof*

      DONDE ESTÁS!?!? DD: Desde agosto no se nada de ti! Agosto! Y estamos ya octubre! T^T Si la razón de que no vuelvas es por mi comentario corto de antes, para la próxima haré el mayor testamento de toda la humanidad (?)
      Vale... vaaale~~ era eso lo que quería decir XD

      Ahora, dejando eso de lado y hablando más seriamente (Un poco, no tanto XD), espero que vuelvas, extraño leer cosas tuyas, de verdad ;^;

      Cuídate, muchos Chuus para ti también <3

      Eliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar