27 de enero de 2013

♥KyuMin♥ Cap. 24


Abrí los ojos cuando noté el móvil vibrar bajo mi mano. Nos habíamos quedado dormidos de nuevo? Alcancé el aparato que zumbaba incansable con un vago gesto y miré la pantalla, incorporándome de inmediato.
- Kyuhyun, despierta! - Chillé sin delicadeza ninguna, recolocándome el albornoz que tras mi no tan breve siesta mañanera había cogido una forma un tanto abstracta.
- Qué pasa? - refunfuñó vocalizando mínimamente mientras se desperezaba y me miraba con un ojo medio abierto.
- Nos hemos dormido! - recorrí la habitación en busca de mis cosas, que obviamente no encontré. Esa no era mi habitación.
- No me digas... - ironizó estirándose sobre la cama.
- Tengo doce llamadas perdidas de Donghae, y cinco mensajes! Deben de estar histéricos buscándonos. - le dije mientras entraba en el baño a por la ropa que Kyuhyun me había dejado la noche anterior y que debía ponerme para ir a mi cuarto a por una que fuese más... de mi talla.

20 de enero de 2013

♥KyuMin♥ Cap. 23


Kyuhyun se estiró al bajar del avión. Catorce horas de vuelo entumecían hasta al último de los músculos del cuerpo de cualquiera.
- Bienvenido a Corea. - sonrió una amable señorita mientras le pedía el pasaporte con un gesto educado.
"Ya estoy aquí..." pensó sonriendo con amplitud. Nunca creyó que pudiese sentirse san seguro tan alejado de su familia.
Salió del aeropuerto arrastrando la maleta y subiéndose a un taxi, dio la dirección del hotel que previamente había mirado y el coche blanco se puso en marcha. Durante la hora de trayecto, Kyuhyun miraba con ansia a través de la ventana la maravillosa ciudad de Seúl. Pagó al taxista y bajó del vehículo.
- Muchas gracias.- dijo en un coreano que debía de sonar un poco extraño, o al menos eso dedujo  por la sonrisa burlona del taxista.
- No hay de qué, muchacho. Disfruta la estancia.- Kyuhyun asintió y le cedió las maletas al botones del hotel, quien amablemente le guió a su habitación tras pasar por recepción.

3 de enero de 2013

♥KyuMin♥ Cap. 22


Abrí los ojos lentamente, incapaz de ocultar la sonrisa que se formó en mis labios al contemplar su rostro justo delante del mío, con aquella respiración relajada que hacía que su pecho subiese y bajase en un ritmo perfecto e hipnótico. No pude evitarlo, alargué mi brazo intentando moverme lo menos posible para no despertarle y le acaricié tímidamente la mejilla, como si fuese una obra de arte que pudiese ser rota si se trataba descuidadamente.  Definitivamente, aquel era el chico al que yo amaba, le había extrañado tanto que necesitaba 365 días para volver a grabarle dentro de mí de nuevo, recordar uno a uno todos aquellos pequeños detalles que me sabía de memoria pero que las lágrimas se habían llevado sin compasión alguna. Aquel lunar en el cuello, o cómo arrugaba la nariz cuando sentía frío... Necesitaba volver a verlo todo, poco a poco. Le tapé con la sábana cuidadosamente cuando sus brazos me rodearon a la velocidad del rayo, haciendo que casi me diese un infarto por la sorpresa.